Mi Primer Encuentro con el Mundo del Bonsái: Cultivando Acebuches
Después de meses de leer e investigar sobre el fascinante mundo de los bonsáis, finalmente me he decidido a dar el primer paso y comenzar mi propio camino en este arte tan cautivador. Para hacerlo, pensé que lo más sencillo sería aprovechar algunos plantones de acebuche (Olea oleaster) que han nacido de manera espontánea en las macetas de nuestra terraza, junto a otras plantas y flores.
Algunas de estas plantas fueron recogidas del campo, por lo que creemos que las semillas ya venían con la tierra y germinaron en nuestras macetas sin que las hayamos sembrado. Es fascinante cómo la naturaleza encuentra su camino para darnos nuevos comienzos.
El Primer Plantón: El Comienzo de la Aventura
Uno de los primeros plantones nació hace unos 6-7 meses en una de las macetas y, desde entonces, ha crecido unos 20 cm de altura. A pesar de su crecimiento modesto, sigue en la misma maceta original, algo que es común al principio, ya que el objetivo es no estresar a la planta con un trasplante temprano. Este pequeño plantón es una excelente introducción para aprender sobre el cuidado y la paciencia necesarios para hacer crecer un bonsái.
Los Hermanos Menores: Cuatro Plantones en Progreso
En otra maceta, tengo cuatro plantones más pequeños. El más grande de ellos mide apenas unos 5 cm, pero el origen de todos ellos es idéntico al primero: semillas que germinaron de forma natural en la tierra. Estos plantones también crecerán y desarrollarán sus raíces durante los próximos años, lo cual es esencial para asegurar que sus bases sean lo suficientemente fuertes para el trabajo de modelado que se viene.
El Futuro del Bonsái: Paciencia y Espacio
Para asegurarme de que estos pequeños acebuches crezcan de la mejor forma posible, he decidido dejarlos en sus macetas actuales durante 2 o 3 años. Esto les permitirá desarrollar sus raíces adecuadamente antes de comenzar con el diseño y trasplante a sus nuevas macetas de bonsái. En el caso de los cuatro plantones pequeños, planeo separarlos dentro de un año en macetas individuales, para que cada uno tenga el espacio necesario para desarrollarse de manera óptima.
Este es solo el comienzo de una larga aventura en el mundo de los bonsáis, pero ya estoy aprendiendo a valorar la importancia de la paciencia, la observación y el tiempo. No puedo esperar a ver cómo estos pequeños acebuches evolucionan y se convierten en bonsáis únicos.


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